voces del muro 4

Un te quiero clandestino.

Parsimonia en el cuaderno

silencio en blanco,

una palabra se balancea

en la punta de la lengua,

parece un amanecer que nunca llega,

un frugal desenlace de deseo

y al final, despacio,

llora sobre el folio vacío

un te quiero clandestino.

A siete segundos de su boca.

A siete segundos de su boca,

a un instante de dejar caer mis labios,

a la distancia justa para mezclar nuestros alientos,

con nuestras salivas en la puerta del deseo

y la luna girando alrededor del cielo

y nuestros cuerpos bailanando

mientras la nieve se refleja en nuestra piel.

El reloj se para.

Cuando nuestros labios se abrazaban

y se buscaban en la oscuridad de las lenguas,

cuando nuestros ojos eran el mismo espejo

y nuestras pieles nos sabían a lo mismo,

cuando nuestras palabras se engordaban

hasta hacerse grandes, infinitas,

entonces

el reloj se paraba y latía a otro ritmo.

El mismo verso, el mismo sueño.

Éramos el mismo verso del poema

por eso no se nos caían las letras,

estaban agarradas al estómago

prendidas en luminarias de piel

y libres de barro y viento.

Qué manera de amarte

Qué manera de perder la piel

en la enredadera de tus cabellos

Qué manera de deshacer mi lengua

en las soledades de tu boca

Qué manera de recorrerte el rostro

y borrarte a besos todas las huellas

Qué manera de amarte

y dejar mi destino al rumor de tus ojos.

Durmiendo

Se le caían las hojas del calendario

como a quien se le caen los cabellos.

Durmiendo.

Con los ojos muy abiertos.

Miraron a la cámara

y sus miradas se quedaron blancas

como si les hubieran robado su infancia

y  la vida empezara a quebrarles.

Rodeábamos nuestras gargantas

Rodeábamos nuestras gargantas

con las lenguas largas

ávidos de sed y de nostalgia,

llegábamos con la cerveza puesta.

Rompíamos los cinturones

atravesábamos la luz

y dejábamos nuestros deseos al aire.

Nos quebrábamos en latidos

uno dentro del otro

con la abundancia del anhelo

hasta que el roció impregnaba las carnes.

Luego nos quedábamos quietos

abrazados junto a nuestra pared

con los versos agarrados a los labios

con el corazón galopando.

Y regresábamos a casa

compartiéndonos los ojos

con nuestro paraíso repleto

hasta el próximo instante.

Un mar entero entre nosotros.

Teníamos un mar entero entre nosotros

y las olas siempre me traían tu piel

junto con los restos del último naufragio.

Corazones que nacieron en alta mar.

Tenemos mucho más de lo que siempre quisimos tener.

Tenemos un corazón entre los dedos

palpitando cachitos de cielo.

Nuestro corazón nació en alta mar

justo en el lugar donde navegan los sueños.

Nos queda mucho por hacer.

Nos queda mucho por hacer.

Nos quedan muchos paraísos

por descubrir en los surcos de las bocas.

Nos quedan muchas combates por debatir

y muchos sentimientos por aprender.

Nos queda

el deseo entre cuatro baldosas

el beso escondido cuando se cierra la puerta

los abrazos furtivos

las miradas que nos trae el viento

las palabras precisas en cada instante.

Nos queda una colección entera de felicidades.

Nos queda mucho por hacer,

nos queda toda una vida con sus trozos de piel,

aunque a veces se nos pase como un suspiro.

Pintada de un domingo en el sofá.

Viviendo en tu sueño.

Tus cabellos llenos de enredaderas

Tu rostro acompañado por mil estrellas

Tu cuerpo liso y azul como gotas de luna

Tus ojos raíces de cielo

Tus besos partículas de roció

Tu boca húmeda de luz y hierba

Y yo, a tu lado, viviendo en tu sueño.

En el escaparate de tus ojos.

Si tuviera algún tatuaje en mi alma

sería el sabor de tus pechos

que engullo como si fuera mar

y no me quedaran olas.

Me gusta que nuestro deseo palpite

en la palma de nuestras manos

escupiendo espumas de agua.

Me gusta dejar que mi lengua explore

los rincones de tu piel

que descubra los ríos y los soles,

la soledad ingenua del placer.

Si tuviera alguna cicatriz,

algún traje lleno de agujeros,

se cierra en tus espejos,

en el escaparate de tus ojos.

Con los dedos plenos de letras

Bailaba,

se reía del trozo de suelo que pisaba

porque sabía que por él no volvería a fallecer.

Se bebía la vida casi siempre mezclada con aire.

Miniatura 21

Estaba hecho de historias,

unas de pan y otras de sal

y todas ellas finalizaban

a  la orilla de sus pies. 

Monotonía entre las sombras

Llevo está noche tatuada en mi vientre.

Nos hemos amado hasta el tuétano

como si nuestras ausencias

se hubieran desvanecido con la luna llena.

Tengo esta noche tatuada en tu sombra

con tus senos clavados en mis senos

con la espina dorsal acometiendo al deseo

y al amanecer vendrán las pausas.

Siempre.

Siempre

Siempre es una palabra tan grande

Como un verso prendido en tus ojos

Como las cenizas de tus labios

Siempre

Es un latido tan alto

Que permanece furtivo

Entre cabellos sin peine

Entre los tatuajes del sueño

Siempre

Es una primavera que crece

Al calor de los susurros

Entre el rastro de nuestros corazones adolescentes.

Algunos días te sueño en mi poesía.

Algunos días

en sus ojos veo versos

y la sueño en mi poesía,

como si sus párpados

fueran el destino de todas las rimas.

Sus cabellos son mis dedos

sus labios mi sonrisa

y la cautela de su piel

la fina línea del horizonte

donde planea mi utopía

Algunas días

cuando sus besos llueven

dejo que mi cuaderno en blanco

se llene con las estrofas de su saliva.

Pintada de un soñador comprimido

Rematando el tiempo.

Entre los dos sumábamos más tiempo que el viento.

Habíamos puesto nuestra huella  tantas veces en el suelo

que nos costaba sonreír sin que se nos cayeran los dientes.

Vivimos la vida de milagro esperando a que el cielo se abriera.

Si el cielo se apagara.

Si el cielo se apagara

si se abriera el suelo del mundo

elegiría tenerte entre mis brazos

en un abrazo perpetuo

en la esquina de nuestro mundo

en nuestra cuatro baldosas de deseo

mientras el calor golpea nuestros cabellos.

Si me tuviera que ir

vivirá los últimos trozos de tiempo entre tus dedos.

A gritos.

Me conocía en todos mis espejos,

percibía cuando mi corazón estaba repleto de sol

cuando mis nubes estaban a punto de partir

y sabía que solo la podía amar de una manera: A gritos.

Por eso me sujetaba el rostro entre sus dedos

para que no se me escabullera el aliento.

Eres como el cielo claro

Eres como el cielo claro

llena de luz y de parpados

con tu rostro poblado de estrellas

Eres como el mar

repleta de sonrisas azules

con olas que a veces me engullen.

Eres la llave

que deja mi corazón abierto.

Sueños de un funambulista

Con el corazón del tiempo.

Soy un hombre fiero, con lanzas en el estómago,

con la mirada plagada de viento y lluvia,

con la camisa abierta a la soledad del pecho,

mientras, sobre mi cabeza ,pende la horca del tiempo.

Pintada de un yonki.

De su boca sumergida salió el silencio.

De su boca sumergida salió el silencio.

De repente,

se apagó la música

se despertó el ordenador

y no quedó nada,

sino una herida de amor abierta

en el mismo lugar

donde hace poco transitábamos por el cielo.

Y no supe porque llegó la tormenta

sólo me sentí como una estrella llena de espinas.

Como la navaja de Buñuel.

Como la navaja de Buñuel

diseccionando el ojo del perro andaluz,

así es el amor que soporta mi piel,

con una hendidura muy profunda

que con la lenta madurez del tiempo

va acercándose al suelo,

dejando que las nubes se vacíen de agua.

Lágrimas.

Mi lugar en el mundo.

Mi lugar en el mundo está

En el enjambre que palpita en tu vientre

Junto a la rebeldía que perfora tu ombligo

Con el sabor a melocotón de tus pechos

Frente a  tus labios sedientos de lluvia

En la primavera inmensa de tus ojos

Mi lugar en el mundo está

En el aroma errante de tu piel

Dentro de la boca que sangra tu silencio
Junto a tus pestañas plagadas de deseo.

Pintada de un desvelado.

Pasión entre moviles

Banksy

Se amaban durante el intervalo justo

en que sus dedos remitían un mensaje,

apenas tenían tiempo para posar sus labios en el espejo del otro,

por eso sus besos eran como los de las mariposas: Néctar puro.

Que nadie cambie II

Que nada cambie

Que tus ojos y mis ojos

Se reflejen en el mismo espejo

Que el uno este al lado del otro

Como si fuéramos el mismo sudor, la misma lágrima

Que nada cambie

Que tú seas la más bonita del mundo

Y yo tú único verso

Que tú seas mi horizonte

La línea que delimita mis sueños

Que nada cambie

Que nos borremos a besos

Que nuestras lenguas sean mariposas inquietas

En busca del néctar de nuestros cuerpos

Que espere tus palabras como la cometa al viento

Con el corazón ardiendo

Que nada cambie

Que sigas construyendo mi mejor versión

Elegir entre el amor y el silencio.

Elegir entre el amor y el silencio

como quien elige entre el agua y el vino:

Con los labios secos.

Elegir hoy y mañana seguir debatiendo,

dejar que tus certezas desaparezcan en el invierno

como copos de nieve en la garganta del agua

Elegir con el sabor del duelo,

sobre el abismo

donde pernocta tú último yo.

Juegos a la mañana temprano.

Heroish

Niños en la plaza

Con cristales de otros tiempos

No juegan a la pelota, ni al escondrijo

Juegan a agarrar la vida entre los ojos

Tenía copos de nieve en sus pulmones

Tenía copos de nieve en sus pulmones

por eso cuando llovía

desparecía entre las gotas de agua,

como si siempre estuviera a punto de deshacerse.

Tiempo, quiero tu tiempo.

Tiempo, quiero tu tiempo.

Combato con la avaricia del tiempo

para sostener tus labios dentro de mis labios,

sin que se vacíe el agua de nuestras bocas.

No quiere compartirte, no quiero ,

ni con otros ojos,  ni con el tiempo.

No quiero que tus abrazos se despeguen

hasta que regrese otro momento.

Tiempo, quiero tu tiempo.

No quiero tu belleza en dosis responsables,

ni tu multitud de estrellas

en un cielo al que a veces llego.

Tiempo, quiero tu tiempo.

No quiero que mi tierra se agarre

a las raíces de tus cabellos

para volver a nacer en alguna primavera:

Imprecisa, carente de tiempo.

Tiempo, quiero tu tiempo.

Demasiado tiempo perdido

siguiendo la piel de tu recuerdo .

Demasiado tiempo esperando

a que regrese nuestro tiempo.

¿Cuánto tiempo hace que necesito tu tiempo?.