En la
orilla de la plaza larga
a la
espalda de la montaña blanca
junto
al rumor de una fuente quieta
se
encuentra la taberna de los besos dormidos.
Allí, mientras
los camareros
juegan
al sur entre la barra
y los
clientes se beben trocitos de cielo
los
besos se duermen entre sueños.
En la
orilla de la plaza larga
tú y yo
nos dejamos los versos pegados a la lengua
como quien
se deja trozos de noche entre los dientes,
con la
certeza de un poema inédito.
Me ha gustado mucho. Felicidades.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Felicidades.
ResponderEliminarGracias Claudia
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