luis perronegro

luis perronegro

domingo, 31 de agosto de 2014

Memoria inmortal

Todo el tiempo utilizado en mirarnos
en amarnos con los dedos,
en humedecer nuestros rostros de besos,
nunca será pasto de los gusanos,
será memoria inmortal devorada.

viernes, 29 de agosto de 2014

Había un lugar donde yo siempre quería estar.

Había un lugar donde yo siempre quería estar;
el rincón de los besos.
Y ella, mi niña, con sus labios azules
me llevaba de vez en cuando
para que el pozo no se secara
para que siempre manara el agua.

Estábamos tan distantes,
a tantos metros se hallaban nuestras bocas
que sus mensajes eran como besos,
algunos húmedos como lenguas de mariposas
y otros bellos como telegramas nacidos en botellas.

Y los días pasaban a la velocidad de la ausencia,
a ratos tercos, a ratos como un simple parpadeo.

Había un lugar donde yo quería regresar
y no sabía sí mi niña me volvería a llevar.
Por eso a veces,
el corazón se me encogía tanto
que se menguaba mi sonrisa
como mueca de aire.

jueves, 28 de agosto de 2014

Mi horizonte suele acabar en tus ojos.

Mi horizonte suele acabar en tus ojos,
mientras que la luna me azota
con la blancura de sus dientes
y las estrellas colorean un cielo
donde tú siempre apareces.

Mi horizonte suele acabar en tus labios,
amarrando cada uno de tus besos
para que no se escondan
ni se escurran en la memoria
como gotas de agua abandonadas en la tierra.

Mi horizonte finaliza en tus ojos,
en el mismo lugar
donde se despiertan mis párpados
y donde el eco de tu voz de niña
resquebraja el silencio.

En el valle del silencio.

En el valle del silencio
encontré tus labios pintados en una pared
acurrucando piedras sin tiempo.

Entre castaños y hayas
con la suavidad de tu piel
escurriendose entre sus ramas,
volví a sentir mi corazón palpitando
junto a tus ya menguados cabellos.

Como sí el agua llevara tu nombre
supe que serías el mar
donde irían a morir mis lágrimas.

En el valle del silencio
encontré el aroma de tus besos,
enredados,
entre las oscuras sombras de las montañas,
con los labios húmedos de rocío
con las entrañas vacías de tu ausencia.

En el valle del silencio
amarré tu rebeldía juntó a la mía.

El techo negro del cielo.

El techo negro del cielo
lleva tu nombre, mi estrella.
Mientras, el aire del norte despeina
el alma cansada del viaje.

viernes, 15 de agosto de 2014

Tweet XV

Necesito más vidas
esta se me ha quedado estrecha.
Justo ahora que empezaba a conocerme
se me están borrando las huellas.

Tweet XIV

No hay nada más audaz
que reconocerte en los bordes de tu piel,
te evita el desencuentro
de los monstruos frente al espejo.

Tu horizonte.

Deseo ser el agua
que recorre tus pechos
y medita sus formas
mientras que el jabón
borra las huellas del tiempo.

Deseo ser tu cuaderno en blanco
los versos que nacen en tu vientre
la cometa que se te escurre de los dedos
y que se abandona al viento
como dos gotas de lluvia huérfanas de océano

Deseo ser tu horizonte
el mapa que delimita tus sueños
la senda abrupta
que te conduce a tus entrañas
y que deja abiertas las puertas al cielo.

Deseo ser la lengua
que juega con tu deseo
y el primer lugar
donde se posa tu mirada.


El cierre de mis venas.

Ver tus labios
es recordar la tierra
ver como la primavera
ata sus esquinas
y empiezan a manar las espigas
que danzan
ataviadas de viento.

Ver tus ojos
de miel sin recolectar
es como quitar el techo
a las estrellas
mientras el cielo se cae
pero tu permaneces
siempre brillando.

Ver tus cabellos
la oscura pupila
que en ellos resplandece
la ondulada rutina
que marca mis pasos
es como dejar
que mi sangre
al fin
cierre mis venas.

Yo sé de un lugar
donde vivir
no muy lejos de ti
instalado en tu piel
para verte siempre
para no tener 
que proyectarte
con versos en la pared.

jueves, 14 de agosto de 2014

No es posible.

No es posible acariciarte
con mis manos fundidas de hierro.

No es posible dejarte un beso
entre la humedad de tus labios,
no me alcanza la lengua

Sólo es posible soñarte,
que aparezcas en el mismo sueño
y así poder abalanzarnos
hacia el rincón de los besos.

La noche agudiza los sentidos.

La noche agudiza los sentidos.
Degolla los vasos
que se durmieron en la barra,
mutila la nicotina de los labios
y se come todas las nubes de humo

Mis ojos están repletos de linternas
sólo conocen tu luz,
sólo veneran tu espejo.

Llevo tu sangre tatuada en mis venas,
vivo impregnado de la humedad de tu saliva
y mi rostro se desparrama entre tus dedos

La noche habilita a los esqueletos
para un último baile
mientras el fuego tapona las heridas.

Y yo ya no temo al día
tengo suficientes recuerdos de ti
para alumbrar todas las esquinas.


miércoles, 13 de agosto de 2014

Yo soy yo y tus circunstancias.

Yo soy el río que muere en alta mar
junto a tus besos.

Soy la tormenta que se trago el agua,
el deseo enterrado en un cofre sin cadenas.

Soy la mano que se durmió en tu pecho
el trozo de piel que soplo el viento.

Soy cielo con tu único techo
la última estrella perdida en tu garganta.

Yo soy yo y tus circunstancias.

martes, 12 de agosto de 2014

Puedo estar la vida de un reloj.

Puedo estar la vida de un reloj
acariciando tus cabellos.
No necesito pan ni sal
ni agua que se me escurra
entre los dedos
ni tan siquiera el sonido de un lágrima
rompiendo el suelo.

Puedo pasar una eternidad
entre el laberinto de las estrellas
que dibujan tu rostro,
desenredando sueños
ensimismado en la humedad de tus labios,
con mis huellas
plagiando tu rostro
con mis venas en tu pecho.

Puedo mirarte
durante el instante
que una nube se cruza por el firmamento
y no olvidar el color de esa sonrisa,
quebrar mi recuerdo.

Puedo no verte
y pensarte entera
en cada uno de los pliegues de tu piel

Puedo seguir
atando cabos al cielo
mientras que regresas de nuevo.

Lo tienes todo.

Tienen tus ojos todas las lágrimas que necesito
Tienen tus cabellos la negrura fresca de mis reflejos
Tiene tu nariz la rebeldía precisa,
mi oxigeno y el tuyo,
suficiente
para llenar la tempestad de mis venas.
Tiene tu esqueleto todo lo que necesito
Ven pronto, mi niña,
a posarte entre mis brazos.

lunes, 11 de agosto de 2014

Cuando todo era sencillo.

Cuando todo era sencillo
y  yo vivía en el extremo izquierdo de tu piel.

Cuando nuestro sabor no era amargo
y nos vaciábamos uno dentro del otro.

Cuando no sabíamos separarnos
sin rompernos a trozos.

Cuando nuestras manos estaban selladas
e interpretaban los mismos gestos, silencios en el aire.

Cuando todo era sencillo
y yo no supe ver como se demolía todo.

Cuando la lluvia perforaba los cristales
que nos asesinaban por dentro.

Cuando ya no vivíamos uno dentro del otro
sino al lado.

Cuando las mariposas abandonaron el estanque
y regresaron a otras primaveras.

Y entonces, como siempre,
llegó el invierno
y los corazones laten a otro ritmo.

Monotonía de sombras frente al espejo.

Esta noche esta tatuada en mi vientre.
El aroma de tus senos no se agota en la palma de mi mano.
Siento como mi piel vuela y se arroja hacia tu espina dorsal.
No puedo respirar, hago acopio de aire y me vuelvo a fundir en tu cuerpo.
El sudor nos baña, nos acicala y nos reconforta . Sabe a nosotros mismos.
Nos perdemos en el kilometraje de nuestras morfologías.
En los escondrijos del deseo.

Nos hemos amado hasta el tuétano,
como si nuestra apatía se hubiera disipado con la luna llena
y la carretera poblada de estrellas.

Y al amanecer vendrán las pausas.
Monotonía de sombras frente al espejo.


domingo, 10 de agosto de 2014

Cicatriz del tiempo.

Desertar entre las olas 
que se empecinan en vaciarse de agua.
confabularme con el miedo
vivir como si el tiempo se ahogara en el espejo.
Cicatriz del tiempo.

martes, 5 de agosto de 2014

Estamos donde queríamos estar: Enfrente.


Estamos donde queríamos estar:
enfrente,
tu boca y la mía susurrándose
besos ,
a veces secos y a veces húmedos.

Estamos justo en el lugar
donde vuelan nuestros sueños
entre tu lengua de mariposa
y mi saliva de azúcar.

Vivimos en la misma frontera
entre tu pecho esbelto
y  mi corazón que trota,
estamos muy juntos
con la dicha saltando por las ventanas.

Que nos queremos es una palabra
demasiado grande, me dices,
pero quizá muy pequeña
para la pasión que emerge
de nuestra piel
en un incesante manantial
de lluvia y deseo.

Fuego que derrite las manos
cuando yacen abatidas
después de  susurrarnos
amor a tientas.


Abro el cuaderno.

Abro el cuaderno
por la página exacta
donde duermen tus versos.

Veo tu rostro
coloreado de pecas
que temen el fuego.

Siento el aroma a mar
de tus cabellos
ondulados
infinitos
con la estampa airosa
de la agitación.

Tienes hierro
atravesados en tu estómago
vestigios de tu rebeldía.

Mi lengua
corroe tu nariz
vigila tus pechos
hace acopio de tus labios.

Abro el cuaderno
una página en blanco
repleta de tu sonrisa
no necesita letras
ni música
ni arpas , ni campanas
ni el eco de nuestras voces.
Tenemos el recuerdo
empapado de sudor.

Estrujones en las esquinas del aire
te elevo entre mis brazos
te subo al cielo
y tú no quieres separar
la tierra de tus pies
para que el vértigo no te atrape.

Y yo me pregunto
¿cuál será tu elixir?
¿cuál será tu secreto
amarrado entre los dientes?
¿cómo es posible
que no puedo despegarme
de las raíces de tu piel?.

Y observo
como de profunda es mi herida
y cuan intensa es mi dicha
cuando nuestros besos se cruzan.

Cierro el cuaderno
presto para otro día
en la portada tus ojos
adentro mis entrañas.


lunes, 4 de agosto de 2014

Recuerdo tu felicidad abrazada a la mía.

Recuerdo todas tus caras
tu rostro de sonrisa atrapada
fotografía intensa sobre paisaje salvaje

Recuerdo la mirada que me regalabas
cuando nuestros labios conseguían separarse.
El aroma de tu saliva
deslizándose sobre mi piel
como manantial travieso empapado de roca.

Escucho tu voz,
se ha quedado impregnada en las paredes,
forma parte de los sonidos del día
junto a la impresora y la nevera.

Escucho tus palabras
algunas fueron tan grandes
que parecían ajenas a tu boca.

Me dijiste que dejara encerradas las tristezas
y que abriera todas las cajas
donde se depositaban tus besos.
Y así lo hice y ahora flotan por el espacio.

Recuerdo tu felicidad abrazada a la mía.


domingo, 3 de agosto de 2014

Un reflejo en un charco.

Si la dicha te sorprende con los brazos abiertos
y el alma se te ensancha como un globo,
no te preocupes, la felicidad no existe.
Esto que te ocurre, sólo es un reflejo en un charco.

Sueño.

soñaré el sueño del barco
que esperaba que el agua nunca se acabara
y que a veces ansiaba un trozo de tierra
para que no se le atragantaran las agallas

En sus labios, los de ella.

En sus labios , los de ella,
no hay espejos de carmín
hay besos secos y húmedos
dispuestos a enredar tu lengua.

En sus pechos, los de ella,         
había suficientes secretos
para perder el habito de la monotonía
y esperar la llegada de la noche desnuda.

En sus sueños, los de él,
sólo estaba ella
en forma de Estrella
con un cielo lleno de pecas
y un trozo de sol en su sonrisa.

Mientras, nos comíamos la boca
en el rincón de los besos
y nuestros corazones se abrazaban
latiendo al ritmo de cualquier tormenta,
empapados de agua por dentro.


sábado, 2 de agosto de 2014

Nieva mientras que el sudor nos impregna.

Nieva a la misma intensidad de un niño tirando  gapos a un charco.
No cuajara ni para hundir el dedo meñique de tu pie más pequeño
Será agua helada y azucarada de la que no cabe en los telediarios.
No habrá huracanes que rompan las ventanas de tu alma
Ni lluvias que te mojen por dentro
Sólo tendremos el mismo hambre que llevarnos al estómago


Hasta en el relato del tiempo la mentira se impregno de telarañas.

Desnuda amanece la mañana.

Desnuda amanece la mañana
y el sol no pone el calor sobre mi cuerpo,
sólo alimenta mis arrugas.
Se ha muerto parte de mi piel en la almohada,
el reloj fue impasible y me dio una tajada de tiempo

Vuelo por el mar y navego por el cielo
entre sueños que no son seguros
y peleas internas que me dejan el cuerpo
lleno de heridas luminosas.

Tengo las suficientes carencias
para caminar descalzo por el asfalto.

Toda la vitaminas que necesito
me la das tú con un beso, mi niña
Tú desenredas mis dudas
al dejar que mis dedos vaguen por tus cabellos.

Y luego regreso a la noria
con su giro extraño por las entrañas de mi cabeza.

Con la pasión entre los dedos.

Teníamos un rincón, teníamos una ventana que a veces hablaba
Teníamos cerveza suficiente, queso y salchichón
Teníamos una amor silencioso entre manos que ya se nos había escapado
Y ahora ya era espuma y saliva.

Teníamos todo esto y algo más.

Nos habíamos quitado las pieles y las habíamos dejado encima de la mesa
Nuestras manos se posaban sobre el sexo del otro con el semáforo siempre en verde
Dejábamos que el tiempo se marchitara entre besos y lenguas
Que como mariposas se bebían todo el néctar

Teníamos todo esto y no sabíamos muy bien que hacer.