luis perronegro

luis perronegro

domingo, 29 de junio de 2014

Cada uno dormía su sueño.

Ella vertía el dolor en pequeñas dosis
yo me lo quedaba a todo.
Su sufrimiento era mi pausa
su sonrisa mi guía
y el aroma de sus pechos mi destino.

Ella tenía la rebeldía atada a la nariz
como  un tatuaje
del que no podía huir.
Había depositado
toda la fuerza de sus gestos
entre aquellos hierros.

Vivíamos mundos paralelos
que desembocaban en la misma agua.
Yo quería tenerla dentro de mi
y ella necesitaba todo un cielo
para desaparecer entre dientes de nubes.

No habría destino que nos separara,
teníamos el mismo latir,
el mismo signo
sólo faltaba fundirnos en el mismo abrazo
y danzar hasta que nos separara el alba.

Mientras tanto cada uno dormiría su sueño.

Nos cambiaron todas las palabras II.

Nos cambiaron las palabras
borraron todos los textos
y nuestros versos se cayeron.
Tuvimos que volver a empezar a hablar.

A veces te deseo tanto.

A veces te deseo tanto
que  se me escapa el alma.
Tu carne trémula
bajo la huella profunda de mis dedos
parece despertarse de la siesta.

Pienso en mis besos rodeándote,
mordiéndote el cuello,
tus pechos debajo de mis manos
fundidos en fuego
y tragarme el hierro
que perfora tu nariz.

Quiero poseerte
y que me poseas
romper el hielo de nuestras pieles
que se tocan
sin hincarse por dentro.

Quiero tenerte
y que me tengas
estar dentro de ti el tiempo suficiente
para saciarme
para secarme
con la humedad de tu cuerpo.

A veces te deseo tanto
que huyen mis suspiros,
navegan por el viento
con la esperanza de acabar
entre tus cabellos
y regresar allí
al lugar donde nacen mis sueños.

A veces me pierdo
en la ansiedad de mi deseo
y necesito acabar
junto a tus besos
sin esperar
que haya mañana
o rutina
o miedo
que nos impida tenernos.


sábado, 28 de junio de 2014

Habíamos roto todos los silencios.

Una lluvia fina inundaba el folio en blanco
no tenía ni una palabra que llevarme a la boca.

Se me habían caído todos los versos
ni tan siquiera podía gritar
el aullido callado,
ni reconocer el calor
de los miedos perdidos.

Habíamos roto todos los silencios
y nada volvería a brotar en el mismo lugar.



Me olvido de tu rostro.

Me olvido de tu rostro
de las estrellas que tallan el perfil de tu mirada
de tu rebeldía plasmada en la nariz
de tu belleza que nunca se acuesta.

Me olvido de tus cabellos
de tus rizos traviesos
de mis dedos empezando a vivir
cuando sus huellas se desperezan
mientras que tú te duermes y yo no.

Me olvido de la música de tu voz
de tus labios vacíos
de tus versos que nunca acaban de crecer
de los silencios recogidos en la pared.

Me olvido de ti
y empiezo a vivir
de nuevo,
como si nos acabáramos de conocer
como si no me hubiera desangrando en cada día.

Como si mañana al verte, no supiera,
que todo volverá a renacer.

viernes, 27 de junio de 2014

Tweet IX

Teníamos un mar entero entre nosotros,
como casi siempre
y nadie se había traído bañador
ni tan siquiera la piel que todo le resbala.

jueves, 26 de junio de 2014

El reloj se desintegra.

Somos como gorilas en la niebla
cuyos surcos ha labrado la luz,
con la memoria de una brisa
y el amor siempre ausente.

Latimos el tiempo suficiente
que nos permita
engañarnos a nosotros mismos
en un perpetuo suicidio de las palabras.

Y un día
sin ningún pretexto
sin previo aviso
el reloj se desintegra.

miércoles, 25 de junio de 2014

En busca de tus llaves.

Tenías todos tus besos encerrados en el armario,
arropados entre camisones de algodón,
tu carmín, invisible al ojo humano,
no dejaba huella
ni sustancia
en el atardecer de mis labios.

Mientras tanto
yo, buscaba todas las llaves,
sin poder ni siquiera toparme con las cerraduras. 

martes, 24 de junio de 2014

Si tuviera que elegir.

Si tuviera que elegir entre algún animal, no elegiría ser una mariposa, posándome de flor en flor y extrayéndolas todas sus virtudes con la elegancia del malabarista que baila sobre el trapecio; tampoco me gustaría ser un lobo, solitario, aullando sobre la noche y sus pavimentos, persiguiendo tiernos corderillos bajo el alumbrado perpetuo; ni tan siquiera el león, rey de reyes, temeroso de su trono y de los que quieran quitárselo, amante de la guerra y de las princesas, adorado por si mismo y odiado por el resto.

Si tuviera que elegir sería como el patito feo, no porque sea un palmípedo con mis carnes remojando en los estanques, ni tampoco porqué sea feo (aunque eso es más opinable), sino porque siempre tuve la sensación, de que alguien desde la calle de enfrente o desde el escalón más alto me lo gritaba entre los dientes.

¿Tú también vives aquí al otro lado de la frontera?

Hambre.

Y un día surgió el hambre.

El hambre se esconde
junto a las guaridas del miedo,
se esparce indeciso por las entrañas de la tierra
con la cautela del viento.

El hambre se reconoce así mismo,
está labrado en los surcos profundos de cada mano.
Tiene echados todos los candados,
sobrevive al tiempo como la noche y el mar
a  base de costumbre.

El hambre tiene la cautela
necesaria
para no salir gritando.

Por eso cuando el hambre calla
se rompe el silencio
y la multitud quebranta las aceras
con vómitos de fuego.

Y entonces
el hambre se tornara en lágrimas.
Y una vez más
la historia regresara al lugar de siempre.
Junto a la muerte.


lunes, 23 de junio de 2014

Milagros

Hace muchos años,
los suficientes para que la lluvia
hubiera borrado las huellas,
un hombre,
blanco,
con largos cabellos y con las manos llenas de clavos
quiso cambiar el agua por vino.

Aquel milagro,
algo impreciso,
no causo furor sino cautela.

Y los romanos,
que como todos sabemos
fueron amamantados por los lobos,
no supieron entenderlo
cambiaron sangre por sueños.
Desde aquel día el barro se hizo hombre.

Dicen que resucito al tercer día,
eso dicen
pero yo sobre eso no hablo,
no quiero que me griten
que en mi cabeza no cabe el duelo.

Prefiero pensar,
que en algún lugar,
en algún momento,
siempre hay alguien
que intenta transformar el espacio
donde vive
o donde gime.


domingo, 22 de junio de 2014

Resacas.

Tengo una resaca tan grande
que ganaría el primer premio en una licorería.
Tengo una resaca tan grande
que puedo ordenarla por tamaño y por sensaciones,
puedo ponerla nombre, dotarla de apellidos,
dejarla sin fechas, labrarla en llantos.
Tengo una resaca tan grande
que creo que no voy a abandonarla,
me voy a quedar con ella hasta bebérmela,
hasta que el cuerpo aguante.

No hay nada como una buena resaca
te hace sentir vivo,
mientras el sabor del napalm
agarrota todos los espacios.

Un adiós entre los labios.

Ha sido bonito habernos conocido.
A veces hubo miradas
que parecían corazones pintados en la pared
y otras veces
sólo había espejos
donde yo quería reflejarte.

Ha sido divertido habernos conocido
y reírnos de lo mismo,
vestirnos con las mismas palabras
encontrarnos en las mismas batallas,
habernos contagiado
y empezar desde el principio.

No ha sido divertido haberme desangrado.
No ha sido divertido mil malentendidos
plagados de besos de aire,
multitud de lágrimas plasmadas en la pared
y mi orgullo flotando en la taza del wáter.


Ríos y piedras.

Ríos y piedras.
No puedo nadar siempre contra corriente
el agua me carcome la piel
y los ojos abandonan sus órbitas.
Llevo los bolsillos repletos de piedras
y casi siempre me hundo,
apenas sobrevivo agarrándome con los dientes
al último botellín que descorcha el barman.

He elegido un camino
que hacia ningún lado me lleva,
he de volver mis huellas hacia atrás
y empezar a volar
como vuelan las nubes en otoño
repletas y felices.

Ríos y piedras.
El tiempo transcurre
y no nos encontramos.
Es ahí, en la última veta de silencio,
donde me hallo. 

sábado, 21 de junio de 2014

Todas las mañanas del mundo.

Todas las mañanas del mundo
antes de que te levantes,
te dejare un verso encima de la almohada
para que estés donde estés
en el sueño que te toque,
recuerdes
que mis labios siempre serán para ti
y que te encuentro en todas las ausencias.

El mismo grito desgarrado.

Hoy voy a hablar por todas las bocas muertas
por todos los versos silenciados.

Vengo a deciros mis hermanos.
Vengo a deciros mis hermanas.

Que no habrá futuro,
que no lleve la sangre atravesada en la garganta.
Que no habrá libertad sin sufrimiento
y que el dolor arraigara en la tierra
como nacen las malas hierbas.

Hoy quiero hablar por todas las bocas silenciadas
por los versos que murieron antes de nacer.

Vengo a deciros mis hermanos.
Vengo a deciros mis hermanas.

Que somos hielo y fuego.
Que nuestra rebeldía sólo será aire de invierno
hasta que nos juntemos,
peguemos nuestras almas con cemento
y seamos uno sólo
un único cuerpo, el mismo grito desgarrado.

Rabia.

Tengo el corazón lleno de escarnio,
mi alma se cubre de aceite hirviendo.
Tengo una rabia sin fusil
y un ánimo de contenedor quemado.
Tengo aire entre las venas
una bala entre los dientes
y un angustia que no cesa.
Tengo ganas de un mañana distinto
y sé que no vendrá si no me levanto y muero.


viernes, 20 de junio de 2014

Mi lugar en el mundo.

Elige un lugar en el mundo,
pon una cruz en el mapamundi.
Pídeme que te acompañe
y allí estaré,
no me llevare maleta
iré desnudo,
con mi cuerpo repleto de besos
para inundar todas tus esquinas.

Elige un lugar en el mundo,
escoge por ejemplo la calle del beso,
justo entre los pasajes
que se elevan en Granada
y cuyos adoquines se adueñan del deseo
entre poemas y el latido de una guitarra.

Empecemos allí,
yo me traeré una nueva piel,
trazare un nuevo dibujo a mis contornos
donde despunte un estrenado corazón.
  
O si quieres nos quedamos quietos,
ocupando  el mismo metro cuadrado,
juntos
aliento junto aliento.
Y ese sería mi lugar en el mundo
por el que yo optaría,
el espacio justo donde te encuentres,
el territorio
donde nuestras pieles se toquen
hasta convertirse en el mismo tatuaje.



jueves, 19 de junio de 2014

Nosotras.

Heroish Perrorojo










Jugábamos a la pelota mientras que las nubes se caían.

Habíamos descubierto que nosotras podíamos ser libres
como si la libertad fuera un balón que nunca debía  tocar el suelo.

Hablábamos para nosotras,
sentíamos para nosotras,
amábamos para nosotras.

Queríamos decirle al mundo que fuimos nosotras
las que hicimos que el mundo empezara a girar
en la dirección en la que navegan los sueños.

La vida es para nosotras,
porque sabemos que detrás de cada muro se esconde una canción.




Mi amor huele a mar.

Mi amor siempre huele a mar,
sus cabellos son como olas
que arrastran a mis dedos
a sus profundidades azules.

Mi amor tiene una piel dulce,
pálida como una luna llena
y llena de estrellas
que alborotan su rostro.

Mi amor es rebelde con causa,
tiene una espada que atraviesa su nariz
y con ella martiriza sus pecados,
corrige sus contradicciones.

Mi amor sabe
a lo que saben los sueños,
que siempre quieres alcanzar
pero que nunca llegan.

martes, 17 de junio de 2014

Dicen de mí.

Dicen de mí
que se me acaba el tiempo,
que no me queda nada más
que un par de rutinas,
una multitud de duelos innecesarios
y el tiempo suficiente para vestirme de negro.

Dicen de mí
que no saben si estoy vivo o muerto,
que mis labios parecen revestirse de silencio
y mi esqueleto no tiene el arrojo suficiente
para cambiar sueños por deseo.

Dicen de mí
que se me acaba el tiempo.
Y yo les digo
que mi corazón es de fuego
que no hay aliento que lo derribe
ni viento que lo doble,
que a lo sumo se encoje para nacer de nuevo. 

Carretera y agua.

Carretera y agua.

Devoramos kilómetros
como si lleváramos siglos despeinando el asfalto.
Pasábamos del verde de la hierba recién nacida
al ocre de las tierras recién paridas,
dejándonos en cada estación de servicio un trozo de carne.
La autopista se sumergía en la noche
y de mis labios surgían poemas en blanco.

Carretera y agua.

Tus ojos muy cerca, posados sobre el camino
como mariposas llenas de frío.
Mis ojos al lado, intentando encontrar el latido de tu corazón,
intentando conocer si había arraigado en ti,
o  era para ti un simple sueño sin destino.

En el casette suena una canción antigua
de las que llevan contigo el tiempo suficiente,
para quemar la oscura retina de tu piel.
!!Que importa ser poeta o ser basura exclama!!
Y cada día me siento más basura sin reciclar
o poeta sin un mal verso que llevarme a la boca.

Carretera y agua.

Mis pensamientos pegados a la ventana
(mientras los postes de luz galopan como gacelas
o vuelan a la velocidad de nubes ajenas),
me vuelven a llevar a ti.
Me dicen que te amo, y yo ya lo sé , no necesita certificarlo el viento.
Aunque mis besos se queden sin tu lengua, aunque mi amor está lleno de reincidencias,  de tus vacíos sin huella.

Lo que no sé, e intento descifrar mientras la noche engulle el asfalto,
es si vale la pena seguir queriéndote,
clavándome lanzas en el costado, llevando conmigo todas las cruces,
parándome en todas las curvas,
o ha llegado el momento
de abrir la puerta
y dejar que entre el olvido, que lo ocupe todo. 

jueves, 12 de junio de 2014

La noche se fue y apareció el día.

Hubo un día en que el silencio se apodero del mar. Las olas dejaron de balbucear promesas e iniciaron el camino  de retorno.

Fue difícil entender un mar que se arropa hacia sí mismo, que se enrosca como un feto en el hogar de su madre. Fue difícil encontrar un horizonte donde se revele el sentido de las cosas y donde se pudiera descifrar la entereza de lo cotidiano.

Más todo ello fue vano cuando apareció ella, con su rebeldía atravesándole la nariz. La noche se fue y apareció el día.

En ese momento el sol se poso en mi mano y pude alumbrar cada uno de las pecas que tallaban su rostro. Descubrí la verdad infinita de la vida, que se plasmaba en el vientre de sus ojos. 

Ya ha comenzado la cuenta atrás

Ya ha comenzado la cuenta atrás,
siempre supe que tarde o temprano
tendría que llegar.
He atravesado las primeras líneas de coral
y se han abierto todas mis venas,
hasta me supuran los tatuajes
con los que me marco el tiempo
Tengo un dolor para todos los colores.

Ya ha comenzado la cuenta atrás
y nunca pensé
que la ausencia del rumor de sus cabellos
sería una soga tan prieta,
ni que la falta de contacto con  su piel
pudiera dejarme
la huella de los peces abisales.
Tengo su mirada perforándome por dentro.

Ya ha comenzado la cuenta atrás
y me desangro entre las esquinas,
esperando
que el olvido por fin llegue
y se instale plácidamente.




miércoles, 11 de junio de 2014

Hasta que la música cese.

Puede que necesite de un mañana distinto
para cerrar el mapa de mis venas.
Puede que necesite el tiempo suficiente
para guardar todos los versos en un cajón.

Puede que necesite volver al inicio,
resetearme,
ver con los ojos vacíos
con la piel distante
con el corazón agarrotado
con los labios sellados y marchitados.

Puede que necesite irme lejos
aunque sólo sea por dentro,
hasta que la música cese
hasta que se acabe el baile.


El amor tiene que cambiar de bando.

Mis besos se quedaron en el aire
flotando,
no dejaron huellas en tus labios,
me quede con el molde
como un niño sin postre.

En mi rostro se reflejan las ruinas del deseo.
Me agotan las rutinas de pasiones inconcretas
las esperanzas de ida y vuelta,
las tristezas sin pañuelo.

No puedo seguir construyendo castillos de arena
para que vengas y los soples
como si fueras mar sin agua.

El amor sólo se encuentra en mi bando
sólo hay lagrimas en las cuencas de mis ojos
sólo yo llevo las cadenas
sólo de mi boca manan las palabras
que laten hielo y fuego.
Para mí quedarán los abrazos
que como suspiros se perderán con el viento.

El amor tiene que cambiar de bando
tienen que latir ambos corazones al mismo ritmo.
No quiero seguir recogiendo los versos del suelo
no quiero primaveras con las esquinas rotas.

Quiero ser el sueño
que siempre deseas soñar
cuando te despiertas  y te vuelves a acurrucar .


domingo, 8 de junio de 2014

Tweet VI

Después del mono siempre viene el hombre
y ese axioma eternamente incomodo,
mantiene nuestros pies agarrados  al suelo.

Tweet V

Nadie sabía que tus ojos se me habían atenazado al estómago,
en aquella mañana que nada parecía presagiar.
Y justo en ese instante , todo dejo de ser igual.